EL SUBCONCIENTE: LA HERENCIA ANCESTRAL

COMO SANAR EL SUBCONCIENTE ANCESTRAL

Hola a todos, y bienvenidos.

¿Alguna vez has sentido una tristeza que no entiendes? ¿O te has encontrado repitiendo los mismos errores que juraste nunca cometer, casi como si estuvieras viviendo una historia que no es tuya?

Imagina un río muy, muy antiguo.

En sus aguas no solo corre agua, sino también la memoria de todos los que vinieron antes que nosotros.

Ese río es tu subconsciente.

Y no, no es un enemigo ni un verdugo que te castiga. Es tu herencia ancestral.

En esa corriente viajan las alegrías que tus abuelos no celebraron,

los dolores que tus bisabuelas no lloraron,

los silencios que pesaron demasiado en casa

y las palabras que nunca se dijeron.

Viajan también las formas de amar que viste,

las formas de enojarse,

de ahorrar, de gritar,

de callar,

de cuidar

y hasta de abandonar.

Por eso a veces sentimos esa melancolía sin motivo aparente.

Por eso repetimos frases, gestos y hasta destinos que no nos pertenecen.

El subconsciente nos hace repetir, no para castigarnos, sino porque la única forma de sanar una herida es mirándola de frente, con plena conciencia.

• Como dijo el gran Carl Jung: "Lo que resistes, persiste. Lo que aceptas, te libera".

Repetir es la forma que tiene tu alma de sacar a la luz lo que quedó enterrado generaciones atrás.

No es una condena, es una invitación a despertar. ¿Te suena la frase`` nunca seré como mi madre'' o`` jamás seré como mi padre''? Cuidado, porque al decirlo, estás pronunciando un hechizo poderoso.

Lo que más rechazamos es lo que más fuerte nos habita, hasta que nos atrevemos a mirarlo a los ojos y transformarlo.

• Como dijo el gran Carl Jung: "Lo que resistes, persiste. Lo que aceptas, te libera".
• Y mirar de frente no es justificar ni juzgar.
• Es comprender que ellos, tus padres, tus abuelos, también fueron hijos de sus propios ríos.

Cargaron lo que pudieron y soltaron lo que no supieron cómo sostener. En el instante en que tu mirada deja de juzgar y se vuelve compasiva, algo dentro de ti se suaviza. El patrón pierde fuerza porque ya no necesita gritar para ser visto. La energía que estaba atrapada en repetir y repetir se libera, y ahora está disponible para que tú crees algo nuevo. Sanar no es borrar tu historia familiar, ¡es transformarla! Es convertir el dolor heredado en sabiduría, para que no tenga que repetirse en quienes vengan después de ti. Por eso, este trabajo de conciencia no es un acto de egoísmo.

• Es el gesto de amor más grande que puedes ofrecerte a ti mismo, a tus padres, a tus abuelos y a las futuras generaciones.

No estamos destinados, estamos invitados. Una y otra vez, a despertar, a recordar que el timón siempre estuvo en tus manos y que esa corriente, aunque sea antigua, puede ser navegada con un nuevo rumbo.

¿Pero cómo lo hacemos?

¿Cómo sanamos de forma práctica ese subconsciente ancestral?

Hoy te voy a compartir un método completo, probado por miles de personas. Se llama "Las 7 Llaves Ancestrales" y funciona en 7 pasos, uno por cada semana, durante 49 días seguidos.

SEMANA UNO, días uno al siete:

Reconocimiento. Vamos a dibujar el mapa de tu árbol. Toma una hoja y dibuja tu árbol genealógico, al menos tres generaciones hacia atrás: tú, tus padres, abuelos y si los conoces, tus bisabuelos. Al lado de cada persona, escribe tres palabras que resuman lo que más se repitió en su vida. Por ejemplo: "dinero escaso", "abandono", "enfermedad", "crítica", "sacrificio". Ahora, mira tu propia vida. ¿Qué patrones de esa lista se repiten en tu presente? Subráyalos. Con este simple acto, le estás diciendo a tu subconsciente: "Ya te veo. Ya no tienes que gritar repitiéndote".

SEMANA DOS, días ocho al catorce:

Gratitud y perdón. Vas a escribir una carta a mano, una carta que nunca enviarás. Empieza así: "Queridos ancestros, gracias por la vida que me dieron. Gracias por haber sobrevivido a guerras, hambre y dolores que yo nunca conocí. Comprendo que hicieron lo mejor que pudieron con lo que sabían. Hoy, libero con amor y gratitud todo dolor, culpa y carga que ya no me corresponde llevar. Queda con ustedes lo que es de ustedes. Yo elijo la libertad".

Esa misma noche, busca un lugar seguro y quema la carta, o entiérrala. Si puedes, hazlo a la luz de una vela violeta, el color de la transmutación.

SEMANA TRES, días quince al veintiuno:

Meditación de la Triple Llama. Cada día, por al menos veintiún minutos, siéntate en silencio. Respira profundamente.

1) Ahora, visualiza una brillante Llama Violeta de purificación y trasmutación entrando por tu cabeza, bajando por todo tu cuerpo y envolviendo a tus ancestros, que están detrás de ti. Repite nueve veces: "Llama Violeta transmutadora, disuelve todo registro de dolor ancestral en mi linaje ahora".

2) Luego, visualiza una Llama Dorada de sabiduría llenando tu corazón y repite nueve veces:`` YO SOY la sabiduría que transforma el dolor heredado en fuerza y bendición''.

3) Finalmente, siente una Llama Blanca de liberación saliendo por tus pies hacia la Tierra, y repite nueve veces: "Entrego a la Madre Tierra todo lo que ya no es mío. Me libero y libero a mis descendientes".

SEMANA CUATRO, días veintidós al veintiocho:

Reescritura de la historia. Durante esta semana, vas a hacer este ejercicio tres veces.

1) Primero, escribe una historia dolorosa de tus ancestros tal como sucedió. Por ejemplo: "Mi abuela quedó viuda con cinco hijos y tuvo que trabajar como sirvienta".

2) Segundo, Justo debajo, vas a escribir la versión redimida:`` Esa fuerza de supervivencia hoy se convierte en mi capacidad de crear abundancia con alegría''.

3) Tercero, Luego, párate frente a un espejo, léela en voz alta, sintiendo cada palabra, y quema el papel. Estás reescribiendo el guion energético.

SEMANA CINCO, días veintinueve al treinta y cinco:

Decreto de corte energético. Todos los días, al despertar y antes de dormir, declara con poder:

• "Con el poder de mi Presencia YO SOY, corto todo cordón energético negativo con mis ancestros.
• Conservo el amor y la fuerza, libero el dolor y la limitación.
• Así es, así ya es".

Siente cómo te liberas de las cargas mientras mantienes la fuerza y el amor de tu linaje.

SEMANA SEIS, días treinta y seis al cuarenta y dos:

El acto simbólico físico. En el día 36, toma una cinta o un hilo rojo. Vas a atar siete nudos. Con cada nudo, nombra en voz alta un patrón que ya no quieres repetir. "Abandono", "escasez", "miedo". Cuando tengas los siete nudos, toma unas tijeras y corta el hilo entre cada nudo, diciendo con intención: "Se corta, se libera, se transforma". Finalmente, quema esos trozos de hilo y tira las cenizas en agua corriente, puede ser un río, el mar o incluso el inodoro, simbolizando que se va para no volver.

Y llegamos a la SEMANA SIETE, del día cuarenta y tres al cuarenta y nueve:

Integración. A partir de ahora, cada vez que sientas que un patrón viejo quiere volver, que sientas ese impulso de reaccionar como antes, detente.

Respira hondo y di:

• "Esto perteneció a mis ancestros.
• Hoy, yo elijo otra respuesta".

Luego, puedes usar la poderosa herramienta del Ho'oponopono, diciéndote a ti mismo: "Lo siento, perdóname, te amo, gracias". Y lo más importante: actúa diferente.

• En lugar de criticar, abraza.
• En lugar de gastar con miedo, invierte con confianza.

Este método que te he compartido es poderoso porque combina:

• la sabiduría de Jung,
• la ciencia de la epigenética,
• la energía de la Llama Violeta,
• la profundidad de las constelaciones familiares
• y la sencillez del Ho'oponopono.

Quien lo hace con compromiso real, siente cambios profundos incluso antes del día 49.

• Hazlo con amor y respeto por tu linaje, y por el nuevo linaje de libertad y consciencia que estás creando.

Gracias por acompañarme en este viaje. Nos vemos en el proximo video